“No nos engañemos: el academicismo es una manera de no pensar que conviene a quienes temen las horas angustiosas de la invención, compensadas sin embargo por las horas de gozo del descubrimiento”; Le Corbusier, Mensaje a los estudiantes de arquitectura; Ediciones Infinito, Buenos Aires, 2006, p. 41.
“El Arte no puede detenerse en un sitio ni repetirse siempre a sí mismo: por eso no puede sólo gustar. Si has puesto un huevo, has de incubarlo; si te sale de él un mamífero en vez de un reptil, debes darle algo con qué alimentarse; si, pues, un paso consecutivo nos lleva a algo que despierta un disgusto general e incluso un estado paravomital, no hay remedio. Hemos elaborado ya aquel Algo Concreto, nos hemos arrastrado y empujado tan lejos ya a nosotros mismos que, obedeciendo una orden superior al placer, tendremos que dar vueltas en el ojo, en el oído, en el intelecto, a lo Nuevo, categóricamente aplicado, porque fue descubierto en el largo camino del ascenso”; Stanislaw Lem, Magnitud imaginaria; Impedimenta, Madrid, 2010, p. 27.
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